México
es un país con una diversidad cultural muy amplia en el que se llevan a cabo
expresiones de todas las naturalezas posibles, los consumos culturales son
bastos y muchas actividades culturales llegan a ser muy rentables. El problema
es que la mayoría de las actividades culturales no lo son y la falta de
mecanismos para hacerlas productivas ha llevado a la necesidad de subsidiarlas
poniendo en evidencia que la oferta cultural es mayor que su demanda. La
asistencia o interés por actividades
culturales es poca y muy centralizada en nuestro país, la población no
considera una opción asistir a eventos culturales más allá del cine y de algún
concierto. Las
prácticas culturales que aun conservamos de nuestros antepasados prehispánicos
son: La comida es una fuente inagotable de herencias prehispánicas. Mezclar
cacao con chile para hacer mole era una costumbre prehispánica, igual que comer
insectos; chapulines, escamoles, gusanos de maguey, chinicuiles, chicatanas,
etc. El pulque (neutli en nahuatl) también era una bebida precolombina. La
celebración del día de muertos es otra costumbre precolombina entre otras.